Muy concurrida en verano, al llegar los meses más fríos esta playa se convierte en un destino perfecto para estudiar los restos que cada pleamar deposita el océano en su orilla, y para observar diferentes especies de aves marinas.
El análisis de la arribazón de todo tipo es la herramienta más eficaz para comprender el impacto de la actividad humana, cuando no se desarrolla con responsabilidad ambiental, sobre todos los ecosistemas, a pequeña y gran escala.
La presencia de esas aves es la mejor manera de hacer comprender a los niños y jóvenes que el mar y sus recursos no son sólo para nuestro disfrute: que debemos aprender a compartirlo con esas criaturas y con las generaciones humanas que nos sucedan.
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