El espacio es uno de aquellos rincones interesantes y bonitos que prestigian un territorio y enriquecen el paisaje. En medio de una región, la Costa Brava, con una elevada presión urbanística, esta pequeña joya natural nos muestra la riqueza natural de las zonas húmedas litorales bien conservadas, con vegetación de ribera y una fauna muy diversa.
Situada en la llanura litoral ampurdanesa, entre Torroella de Montgrí y L’Estartit, y frente a las islas Medes, el Ter Vell es una zona húmeda costera formada por un antiguo brazo del río Ter, hoy transformado en el canal conocido como Rec Vell. Su origen data de mediados del siglo XIX, cuando la desembocadura del río fue desviada.
El conjunto está formado por una zona de antiguas lagunas, ahora cubiertas por materiales arenosos, lodos y gravas, y dos lagunas costeras, de aguas ligeramente salobres y de una hondura máxima de dos metros. El entorno es una zona inundable poblada por carrizo.
El espacio incluye una laguna de poca hondura, en la que se mezclan las aguas dulces con las marinas, y las hileras de tarayes que la rodean. La ciénaga está ocupada casi totalmente por un extenso carrizal y sólo se separa de las playas de L’Estartit por una barra de arena que acoge vegetación específica, como la cizaña de playa, el cardo de mar o la oruga marítima. Las aguas y el carrizo son refugio y alimento de una gran diversidad de aves acuáticas, como por ejemplo el azulón, la polla de agua, la focha, la garza imperial, la garza real y el martín pescador. Un ave de rapiña, el aguilucho lagunero, también habita y cría en esta zona.
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