Estaca de Bares

Estaca de Bares representa un doble hito en la geografía española: es el punto más septentrional de la península Ibérica y, por otra parte, constituye la divisoria geográfica entre el océano Atlántico y el mar Cantábrico. Se localiza además próxima a Cabo Ortegal y la Serra da Capelada, presentando todo el entorno un elevado valor en distintos ámbitos como el geológico o el botánico.

Esta situación estratégica no sólo le otorga un gran valor desde el punto de vista geográfico, cultural o maríitmo, sino que también en el campo de la ornitología, en el que ostenta fama internacional como punto de paso obligado para más de un millón de aves marinas cada año.

Su posición geográfica provoca la existencia de un "cuello de botella" en el que confluyen las rutas migratorias de multitud de especies de aves marinas de procedencias tan dispares como el Mar Mediterráneo, el Ártico, el Antártico, Sibera o distintos puntos del Atlántico.

Desde aquí se pueden observar importantes números de especies como pardelas (balear, pichoneta, cenicienta, sombría, capirotada), págalos (grande, parásito, pomarino, rabero), charranes, negrones, álcidos, petreles, etc. Su observación con óptica adecuada y en fechas con condiciones meteorológicas propicias, fundamentalmente en otoño, convierten a Estaca de Bares en el lugar ideal para aproximarse y conocer el fenómeno de la migración no sólo de estas especies, sino también cetáceos.