Más conocida como playa destinada al turismo estival, la Playa Nueva de sada es en invierno un destino ideal para observar numerosas especies de aves acuáticas y marinas, gracias a las amplias praderas de zostera, una fenorógama marina, que se extienden por los fondos situados ante ella.
Así es como, sobre todo de noviembre a febrero, es posible encontrar aquí varias especies de gaviotas y de patos, garzas y garcetas, espátulas, colimbos... Todo ello, sumado a la tradición pesquera de sada, convierte el paseo por este arenal en una gran oportunidad para hacer pedagogía en torno a cómo una sola planta, en este caso la zostera, es con su presencia capaz de brindar tanta vida a una bahia y a parte de una ría.
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